jueves, 21 de julio de 2011

DEPRESION Y DESPUES

No es tanto el Poder que aún detentan (y que van a tener por los siglos de los siglos, Fuckin amén!) lo que abruma. Tampoco que la ciudadania a la que le hablan vote de tal o cual manera. No, eso no me molesta tanto. Lo que realmente jode (me jode) es que hay algo del orden de lo simbólico que aún late por debajo de las palabras y los gestos de una inmensa mayoría. Incluso aún por debajo mismo de sus acciones (por mas contradictorias que se presenten ante ese marco de referencias latente). Y eso asusta. Asusta y deprime. Y no se trata de una depresion porque el grupo social al que pertenezco no prefiera lo mismo que yo. No señor. No me creo dueño de la verdad absoluta. Tengo mas dudas que certezas. Pero mis certezas surgen de la experiencia (sesgada y mediada, determinada y sobredeterminada) de mi vida en el decurso histórico de este bendito país. Y la certeza, por mas "floja de papeles" que se muestre, tiene la fuerza de la materialidad. Y esa materialidad es un monstruo grande y pisa fuerte. Tan fuerte que la indiferencia ahistorica y antipolitica requiere de toneladas de hipocresia, de "olvidos" voluntarios, de "unos-a-unos" distraidos... vamos: requiere montones de globos de colores para tapar tanta mierda. Y asi como los globos suben, mi ánimo planea cada vez mas cerca del piso, reptando hacia la oscura madriguera de la depresion: estado catatonico producto de otra certeza, la que reza que esa "mayoria silenciosa" quiere lo que efectivamente tuvo por prolongados periodos de la Historia y que la Realidad mostro (y muestra) que no funciona: un entramado/acuerdo de clase que pone al complejo agro-financiero y al Capital especulativo mundial, como principales beneficiarios del decisionismo estatal, claramente en contra de un Pueblo que lo legitima. ¿Hacia allí vamos?    

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